“Transformando mi Salamanca”; la otra cara de la moneda en área de bibliotecas

Es probable la contratación de personal no capacitado para talleres en bibliotecas de comunidades

Salamanca, Gto.- El programa Transformando mi Salamanca que pretendía subsidiar a personas salmantinas para mejorar su economía, hoy presenta un suelo inestable para próximos beneficiarios que estén interesados en cubrir horas de talleres en bibliotecas de comunidades.

Pese a que los subsidiarios no cuentan con contrato legal, ni prestaciones legales, así como la negativa de pagos en vacaciones, el área de docentes que imparten talleres en Bibliotecas Públicas de las diferentes comunidades tiene un panorama difícil. Algunos profesores interesados en participar en estos espacios, han externado no mostrarse interesados para participar en dicho programa.

“Es un programa tentador, pero no me resulta beneficiario”, externó docente salmantina. El subsidio es de $1,200, sin embargo, para docentes capacitados que cuentan con el perfil de artes, lengua y comunicación o matemáticas, dicho monto no les resulta favorable para ingresar en comunidades alejadas de su ciudad, ya que no es redituable el pago.

El horario para cubrir clases en las comunidades, específicamente en bibliotecas públicas, son 20 horas totales; lunes a viernes, cubriendo 4 horas por día. Sin embargo, docente salmantina que estuvo interesada en el programa especificó que probablemente no se le proporcionaría del material correspondiente para gestionar todas las clases: hojas, lápices, plumones, cartulinas, y otros elementos. Lo que presentaría un costo generado de sus propios bolsillos.

Asimismo, externó que sería probable la contratación de personal no capacitado en las bibliotecas que pertenecen a las periferias del municipio. Ya que, desde su perspectiva, no hay demanda óptima en esta área del programa “Transformando mi Salamanca”.

Actualmente, se cuentan con diferentes cursos de verano en distintos puntos de comunidades; sin embargo, los talleres para impulsar el aprendizaje lógico-matemático, comprensión oral y escrita, o clases para desarrollar habilidades artísticas en las comunidades, sigue presentando un rezago profundo.

Lejos del epicentro que es la Biblioteca Bartolomé Sánchez Torrado, el espacio habitado por los libros en las periferias sigue quedando en el olvido.