La cantina es un espacio del folklor y la cultura mexicana
Salamanca, Gto.- Dentro de una de las pocas cantinas que aún sobreviven a su concepto antiguo en la ciudad, se encuentra el Bar Salamanca, un lugar en sumo modesto, pero que en sus muros han resguarda plasmadas las leyendas salmantinas, ilustraciones que plasman los relatos sobrenaturales de la capital petrolera de Guanajuato
Desde hace algunos años, las leyendas que a lo largo de la historia han pasado de generación en generación en Salamanca, fueron plasmadas en los muros de una pequeña cantina ubicada cerca del corazón de la ciudad, específicamente en la intersección de las calles Benito Juárez y Álvaro Obregón en la zona centro, un espacio que ahora poco se conoce debido a la evolución de este tipo de establecimientos en otro tipo de giros modernos y no como los de antaño.
Sin faltar el clásico letrero de restricción de acceso a las antigua cantinas en la puerta, el lugar es sencillo, con una desgastada barra de madera, con capacidad de un aforo reducido, pero adecuado para charlar con amigos y el propio cantinero sobre el origen de este mural, así como el de cada una de las leyendas plasmadas, en cuya superficie también se puede observar el paso imperdonable del tiempo.
Justamente el autor de estas ilustraciones fue el salmantino, Agripino Aguilar Negrete, quien descubrió su talento desde temprana edad, mismo que ha compartió como docente a estudiantes salmantinos e incluso de Valle de Santiago, donde se desempeñó como docente en la UTSOE, para luego hacerlos través de la Casa de la Cultura en esta su ciudad natal.
El mural de leyendas, incluye historias sobre personajes como “Las misas Macabras”, “El Judío Errante” que protegía a la gente en las noches, “La Dama de Rojo”, una leyenda sobre una mujer vampiro, “La Carroza Infernal”, “El Callejón del Diablo”, e incluso la historia del Cristo Negro, entre otras.