Salamanca, Gto.- A pesar de que en distintas colonias de Salamanca persisten severos problemas de desabasto de agua potable, el Comité Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (CMAPAS) continúa impulsando el modelo comercial de su planta purificadora, priorizando la venta de garrafones por encima de obras para garantizar el abasto básico en los hogares.
Ulises Banda, presidente del Consejo Directivo de CMAPAS, presumió que la planta purificadora ubicada en la colonia Las Estancias tiene una alta aceptación ciudadana, operando entre el 65% y 70% de su capacidad y llegando a producir hasta 300 garrafones diarios. Durante los meses de mayor calor, señaló, incluso trabajó a un 80% de su capacidad.
“Sentimos que en algún momento nos íbamos a ver rebasados con la demanda, pero afortunadamente sí nos pudimos dar abasto”, dijo, reconociendo que el personal tuvo que trabajar horas extras para cumplir con la demanda.
Sin embargo, mientras se presume este éxito comercial, vecinos de colonias como El Pitayo, Guanajuato, Villa Salamanca 400, Ampliación Bellavista, entre otras, continúan padeciendo cortes constantes y baja presión en sus tomas domiciliarias, situación que no ha sido atendida con prontitud por el organismo operador.
En lugar de priorizar obras que garanticen el derecho humano al acceso al agua potable en todos los hogares, CMAPAS proyecta replicar el modelo comercial de la planta purificadora en otros puntos de la ciudad, en coordinación con el DIF municipal. La intención, según Banda, es establecer nuevas plantas en centros comunitarios, comenzando por la zona sur.
“La planta y los procesos no son caros, lo que es caro es desarrollar el inmueble”, reconoció el funcionario, añadiendo que el objetivo es evitar que las próximas instalaciones representen un gasto excesivo para el municipio.
Según los propios datos del organismo, cada garrafón se purifica a un costo de $6 pesos. Aunque admiten que podrían ofrecer el producto a ese precio, prefieren no competir de manera desleal con el resto del mercado, aprovechando que el líquido que utilizan no tiene un costo directo para CMAPAS.
Mientras tanto, cientos de familias salmantinas continúan esperando soluciones reales a una necesidad básica: que el agua llegue a sus hogares. En una ciudad donde el servicio es intermitente y desigual, crece la preocupación ciudadana por un modelo de gestión que parece privilegiar el negocio antes que el bienestar colectivo.