Poco a poco la zona para recreación va perdiendo la sombra generada por el follaje de sus árboles
Salamanca, Gto.- El jardín Constitución alberga una gran carga simbólica e histórica en el territorio salmantino. El espacio es fuertemente concurrido por familias salmantinas quienes buscan la sombra de los árboles y la calidez del lugar para su convivencia, sin embargo, sus condiciones actuales han permitido enunciar, por medio de percepción ciudadana, una mala imagen urbana y una postura preocupada sobre la vitalidad de sus árboles.
“El jardín es sucio y con basura. En el día no se puede sentar en las pocas bancas que hay porque el sol pega fuerte y la sombra de los árboles que quedan se están secando, ni dan sombra”, expresó ciudadano salmantino.
Es precisamente la problemática del follaje de los árboles lo que ha impedido un sano esparcimiento de los habitantes: “Están dejando secar los árboles”, instó poblador.
En este contexto, el pasado lunes 13 de octubre, Dirección de Orden Territorial y Medio Ambiente inició con la tala de unos de los tres árboles irreparables dentro del circuito vegetal del jardín principal, debido a sus lamentables condiciones.
Frente al panorama, habitantes se permitieron exponer diversos juicios sobre la presente acción: “fueron los comerciantes que arrojan aceites a los árboles”, compartió padre de familia.
Especies que abarcan más de cien años siguen erguidos en este cuadro importante de la ciudad; paralelamente, plagas silenciosas continúan su paso en algunos de ellos, residuos inorgánicos son constantemente arrojados en sus jardineras, lo que ha permitido secar su ramaje; la sombra del lugar poco a poco desaparece.
El Jardín Principal o Jardín Constitución obtuvo su diseño en 1910, luego de que el entonces presidente Porfirio Diaz ordenó que todas las villas debían rehabilitar sus espacios públicos. Bajo este marco, fue sustituida la columna central por el kiosco actual y se colocaron árboles que comenzaban a producir sus espaciosas copas.
Hoy, después de un siglo, dichos árboles van abandonando poco a poco sus hojas, los rayos del sol invaden agresivamente el ambiente, el aire se percibe sofocante y el calor poco a poco gana terreno, los visitantes de la zona van cambiando de lugar constantemente para evitar ser invadidos por el bochorno del clima; la sombra se va perdiendo.