El acervo histórico de Salamanca construido por Salvador García

El cariño por el municipio le hizo encapsular en fotografías y réplicas los paisajes de este territorio

Salamanca, Gto.- Salvador García Flores fue un ciudadano salmantino que dedicó poco más de 50 años al registro de acontecimientos históricos en Salamanca. Fotografías, replicas hechas a mano, así como álbumes de registros periodísticos, fueron los elementos que le permitieron articular un acervo histórico de la localidad.

Entre los acontecimientos que logró encapsular se encuentra la construcción de los puentes gemelos en 2003, hecho que logró registrar en fotografías.

La evidencia fotográfica sirvió para él como un registro invaluable de su terruño, por ello conservó material visual que daba cuenta de los años que iban transitando en la ciudad de Salamanca.

Salvador decidió guardar, como tesoro, fotografías que muestran diferentes estructuras arquitectónicas como la columna corintia, conocida como “La Palmi” la cual se erigió en el centro de lo que actualmente es el Jardín Constitución. Asimismo, conservó fotografías que datan de 1901, como la titulada “Vista interior de la Casa Municipal en construcción”, además de contar con álbum fotográfico de la inundación registrada en 1958.

“Él quería mucho a Salamanca. Él era muy querido por los vecinos”, afirmó María Rosa Rodríguez, esposa del salmantino.

Asimismo, García Flores participó en carreras atléticas orquestadas en diferentes colonias del municipio, lo que permitía generar mayor conexión con cada rincón de su comunidad.

Cebe mencionar, que Salvador realizó réplica exacta de la primera bomba de agua de 1927, así como de los puentes gemelos y pilares de la Casa de la Cultura. Elementos que siguen vigentes en espacios de su hogar.

“Fue una persona demasiado comprometida con su pueblo natal, tanto que lo registró”, expresó Carlos Armando Castillo, vecino del señor Salvador.

Hijo del cantante de teatro Teodomiro García Flores, quien tuvo importantes presentaciones en Teatro Juan Valle, Salvador murió a los 66 años hace aproximadamente 6 años, sin embargo, su amor por la localidad sigue presente en cada uno de los objetos que elaboró con sumo cuidado cada vez que él regresaba de su arduo trabajo en diferentes empresas: un legado que enmarca la historia; pequeños fragmentos de Salamanca que permanecen intactos en fotografías y maquetas.